Entrada de nuevas especies y “bonanzas” – Cultivos de uso ilegal

En el plano físico hay árboles y especies de plantas sagradas que tienen un manejo especial. Con el conocimiento y orientación de las autoridades espirituales, el Pueblo Kággaba conoce esas distintas categorías, las funciones que cumplen y el manejo que requieren. La tala de grandes extensiones de Territorio, la destrucción de árboles y plantas y la introducción de otras especies en lugares no apropiados o de especies no propias, dañó el orden natural  causando pérdida y debilitamiento del poder de la naturaleza.

La entrada de especies diferentes y su uso por parte de las nuevas comunidades asentadas en el Territorio, han causado choque cultural y daño a los ciclos naturales con graves efectos como la pérdida de los caudales de los ríos y de las fuentes de agua.

El auge de cultivos como la marihuana o la coca (Jañú, planta sagrada y conexión con la Madre) con fines de uso ilegal, generaron enormes ganancias de dinero que trajeron violencia y afectaron el manejo espiritual del territorio sagrado y el equilibrio de la Vida y la Naturaleza, ya que dificultaron a nuestras autoridades tradicionales, el cumplimiento de la Ley de Origen en el cuidado de la naturaleza y el restablecimiento permanente del equilibrio y de la armonía.

Otro daño grave es el desplazamiento de cultivos propios que garantizaban la alimentación tradicional, y su suplantación por otros que acaban con las semillas originarias y obligan al manejo y uso del dinero: plátanos occidentales, frijoles de la plaza de mercado, maíz comercial o café. Una afectación radical de los usos en la alimentación y un desplazamiento de los alimentos propios por cultivos extraños que crean dependencias y restan autonomía.

La respuesta de los gobiernos ha sido también depredadora, masificando las fumigaciones aéreas con sustancias químicas tóxicas que esterilizan las tierras y traen plagas y enfermedades a los cultivos y las personas. Son ampliamente conocidos las investigaciones que encuentran relación entre las fumigaciones aéreas en la Sierra Nevada y las deformaciones y enfermedades de decenas de niños y niñas que nacieron en centros hospitalarios de esta región. Hasta el día de hoy, los sitios donde se cultivaba la marihuana siguen afectados ambientalmente.

Estudios e investigaciones registran datos como: entre junio 1992 y diciembre 1996, de 12.828 nacimientos ocurridos en el Hospital Central de Santa Marta, 165 presentan 216 diferentes anormalidades. De ellos, 112 proceden de Santa Marta, 33 de Ciénaga, 19 de Fundación, 1 de Minca, 4 de Guachaca, 18 de Gaira, 6 de Bonda, 9 del departamento de La Guajira y 14 con procedencia no identificada. Las investigaciones muestran que el grupo de madres con mayor número de bebés con malformaciones son mujeres jóvenes entre los 15 y 20 años de edad seguidas por aquellas entre 21 y 25 años de edad. En los estudios se determinó que durante 1994, las madres primigestantes presentaron el mayor riesgo de dar origen a niños con anormalidades del tubo neural y del tubo digestivo.

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