Tezhuna, fue un personaje espiritual que vino de otro lugar a enseñar el trabajo con las tumas y las piedras. Este es el lugar donde se estableció y se hizo material ese conocimiento para el uso y manejo del territorio en conexión con el orden espiritual.

Es un lugar sagrado prioritario para el ejercicio de gobierno propio de los cuatro pueblos, ya que contiene bases fundamentales para las prácticas de la Ley de Origen. Los Mamos explican que este espacio fue creado con un orden para el cuidado y manejo de la naturaleza en conexión con los principios de Origen de esa naturaleza. Así, cada piedra que fue trabajada y con las que se construyeron las terrazas ((jagkuakué), las tumas (julá) y otros objetos sagrados, poseen una forma de conexión con el Origen espiritual del ser de cada elemento natural que representan.

Hay terrazas y tumas para el manejo del agua, bosques, animales, cuidado de las personas, del sol, la brisa, cultivos, de animales específicos como: monos, ranas, culebras, aves. Esas terrazas y sus objetos sagrados, representan la organización del mundo y conexión al principio de cada ser, principio denominado Nuizhakala.

Este espacio sagrado Teyuna, estaba protegido por el principio de Nuizhakala, al descubrirlo, guaquearlo y poner allí otro régimen de uso, destruyó la pureza natural del espacio y también, afectó el principio del orden de todo el sistema natural de este espacio, incluyendo el río, la vegetación, las semillas, frutas, tierra, piedras, animales y toda la naturaleza de la zona.

Los pueblos Originarios son quienes conicen y manejan con principios culturales esos lugares que están conectados y funcionan en armonía, esos lugares deben permanecer en su estado natural y oculto del ojo dañino. Con base en este principio es que se solicita el manejo cultural de los lugares sagrados de Teykú, Pueblito de Parque Tayrona y Teyuna, Ciudad Perdida, en el Parque SNSM.

En tiempos antiguos, en este lugar vivía el Padre Tewinmaku y su esposa que se llamaba Tewinneku; cuando partieron de este mundo, él dejó su espíritu, pensamiento y conocimiento en ese lugar, todo eso lo dejó convertido en oro. Por eso, este espacio es muy importante porque además de estar conectado espiritual y energéticamente, está conectado con los Picos Nevados y todos los Ezwamas de los cuatro pueblos.

Se encuentra dentro del resguardo indígena Kogui-Malayo-Arhuaco y dentro del Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta. A Teyuna-Ciudad Perdida actualmente se llega por la cuenca del río Gauchaca, tomando el camino que inicia en El Mamey.

El principal criterio para la zonificación, es la importancia y significado que tiene como lugar sagrado prioritario para la vida de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra; igualmente, al carácter excepcional de los elementos sagrados que en ella se encuentran, siendo parte esencial de su cosmovisión; estos elementos también cumplen funciones específicas y fundamentales para la alimentación, la salud y el sostenimiento de todo lo que existe. Todos estos objetos, incluidas las tumas, simunu y zhimuna, son guardianes que se encuentran sembrados para vigilar, que junto a los árboles hacen que el río no se disminuya, que siga brotando agua de los nacederos.

En la actualidad los pueblos Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo, habitantes de la Sierra Nevada de Santa Marta, buscan reivindicar su derecho sobre este territorio como descendientes de las poblaciones que lo habitaron en tiempos pasados.

En estos sitios se encuentra el conocimiento, los materiales para trabajar sobre las personas y la naturaleza, es donde se encuentra el Control Territorial. “Queremos el rescate de nuestro territorio ancestral para la permanencia cultural y espiritual de nuestros pueblos, los sitios sagrados nos comunican con el resto del mundo mediante los cuales podemos garantizar el equilibrio armónico entre los humanos y la naturaleza”. (CTC, 1999).

Según el Programa de garantías del pueblo Kággaba:

En el territorio Kággaba, el turismo hacia Teyuna, en la cuenca del Río Buritaca está convirtiéndose cada vez más en un motor de afectación de nuestro territorio y comunidades.

Para los cuatro pueblos de la Sierra Nevada, Ciudad Perdida no estaba perdida, sino protegida por los bosques. Teyuna es el origen espiritual de los “Sewa”, o las tumas que utilizamos para regular todo aspecto de la naturaleza y la vida comunitaria. Del manejo de las tumas de Teyuna, depende todo aspecto del desarrollo propio de nuestras comunidades.

El turismo en Ciudad Perdida, como las demás actividades de desarrollo económico en la Sierra, tiene sus raíces en la colonización; los primeros colonos abrieron rutas de entrada hacía Teyuna y la guaquearon casi en su totalidad, y de ahí se dio paso al turismo como otra fuente de generación de recursos. Este negocio ha ido creciendo, y ahora es manejado por varias empresas de turismo con cabañas para tal propósito que se extienden dentro del Resguardo Kogui Malayo Arhuaco. Actualmente, varias compañías de turismo a nivel nacional están buscando regularizar y eventualmente, privatizar el turismo hacia Teyuna, sujetando así nuestro territorio al ordenamiento territorial del turismo.

El turismo, los cultivos ilícitos y el dominio paramilitar coexistieron para abrir una brecha de influencia económica y cultural hasta bien adentro del Resguardo Kogui-Malayo-Arhuaco, por lo cual, los Mamo y comunidades, han tenido serias dificultades para lograr el manejo de los sitios sagrados de Teyuna, debilitando el desarrollo propio de los cuatro pueblos Originarios de la Sierra Nevada.

Las comunidades Kággaba y Wiwa asentadas en las cuencas de Buritaca y Guachaca, cada vez están más absorbidos por el turismo como negocio occidental y en detrimento del desarrollo propio. Por otro lado, no existe ningún orden, ni control del turismo para asegurar que se realice de manera acorde con los preceptos del ordenamiento territorial, cultural y ambiental.

Usos actuales

El Parque Arqueológico Teyuna, actualmente es administrado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia – ICANH, y fue abierto al público en 1981. Además, converge el Área Protegida con el Resguardo Kogui Malayo Arhuaco, lo que indica la necesidad de establecer un diálogo y trabajo articulado para el uso y manejo de la zona.

Desde los años 80 se incrementó la visita de turistas extranjeros, en 1990 la OGT en representación de los 3 pueblos (Wiwa, Arhuaco, Kággaba) hizo la solicitud de retorno de este espacio sagrado por parte de estos tres pueblos. Se realizaron reuniones con el Ministerio de Gobierno, Ministerio de Cultura e INDERENA y fue allí donde los Mamos pidieron que se entregara a los dueños ancestrales para retornar al orden, la función y el manejo ancestral, pero el Gobierno No accedió.

En 1991 se firmó un acuerdo entre la OGT, COLCULTURA y el ICANH, donde se reconoce el espacio sagrado de los pueblos y se establecieron acuerdos para un manejo concertado, regular y la vigilancia de las visitas. Estos acuerdos no tuvieron seguimiento y no se han cumplido, pero para las autoridades indígenas y los Mamos siguen vigentes. Con los años comenzaron a tomar fuerza los cultivos de coca para uso ilícito, así como la presencia de los grupos armados y el aumento del turismo, el cual ha sido siempre controlado por grupos armados, manteniendo fuertes rivalidades por el control de este territorio.

Se acordó poner dos pueblos Talanquera para hacer control, Mutanzhi de los Kággaba (construido entre 1992 – 1993) con indígenas que venían de Koskunguena y el pueblo de Kalabangaga de los Wiwa (construido en 1989); estos dos poblados indígenas Kogui, Muthanzhi y Koskunguena (centro de trabajo Mamo), junto con los Wiwa asentados en la cuenca de Guachaca, son quienes han mantenido hasta hoy sus autoridades tradicionales encargadas del uso cultural y manejo ancestral en la zona de Teyuna.

Bajo el liderazgo de las autoridades Wiwa y Kogui se han llegado a una serie de acuerdos desde el año 2008 con las comunidades campesinas de la zona de influencia, PNN e ICANH, para el control de la actividad turística en el sector. Se logró reducir de 12 a 5 agencias de turismo.

Actualmente, Teyuna es reconocido como uno de los destinos turísticos nacionales favoritos por parte de extranjeros; esta actividad ha venido incrementando, llegando a tener picos históricos de más de 14.000 visitantes durante el 2016 y aumentando.

Los mayores impactos ambientales y culturales están relacionados con:

• La Arqueología vista por los Pueblos Originarios como una actividad de “saqueo”. Los colonizadores, guaqueros e investigadores arqueológicos entraron en nuestro territorio ancestral y saquearon casi la totalidad del oro y piedras sagradas de los sitios sagrados del territorio. Para el occidente, nuestros materiales sagrados son un negocio, una forma de enriquecimiento personal.
• Erosión, compactación y anegamientos en el suelo por pisoteo de mulares, en invierno no hay camino para la gente solo para animales.
• Corte de árboles para obtención de madera para mantenimiento de los alojamientos y leña para cocina.
• Contaminación de agua y suelo por aguas residuales.
• Contaminación de aire y suelo por residuos sólidos no manejados.
• Cambios en el paisaje y en las estructuras arqueológicas originales de Ciudad Perdida.
• Afectaciones en el manejo cultural del territorio, los sitios sagrados y del gobierno propio.
• Impactos sociales de desordenamiento de las dinámicas propias de acuerdo a la Ley de Origen, los jóvenes están entrando en otra dinámica social y no responden a las comunidades, ni a las autoridades tradicionales.
• Afectación a la capacidad de producción de alimentos propios, ya que, con la capacidad de adquirir alimentos, ha aumentado el consumismo.
• El aterrizaje de helicópteros afecta ambiental, cultural y espiritualmente por la presión en las terrazas que pone en riesgo su estabilidad.

Teniendo en cuenta las diferentes figuras de ordenamiento que confluyen en el sector, Parques Nacionales e ICANH establecieron un Convenio de Cooperación Interinstitucional No. 008, con el fin de implementar planes y proyectos para desarrollar acciones encaminadas a la protección, conservación, manejo, investigación, divulgación y gestión con las comunidades, así como para el control del turismo ecológico y cultural en esta área.